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Inscripción propiedad intelectual
Nº 137.315 (29 Diciembre 2003)
Francisco Santis
Primera edición www.techino.supersitio.net
Asesoría : Lyllian Felmer
La historia
Jorge Aguilera Pérez nace en Collipulli, el 06 de mayo de 1951 fundador de la Corporación Cultural de Collipulli, importante entidad cultural, artístico social, sin fines de lucro al servicio de la novena región, de la nación chilena y de la humanidad. Un magnifico patrimonio, el tercero en su especie en la región de la Araucanía.
Casa de la Cultura, que lleva su nombre, ubicada en la calle Bulnes Nº 351 de la comuna de la Ciudad de los Puentes (Collipulli). Poeta, luchador social, respetuoso de las diferencias. Su casa, ubicada en la calle Argomedo Nº 244, fue refugio de versos, soledades y llantos.
Un trágico accidente lo envuelve de caucho y frenadas. Un neumático fatigado de buscarlo le abre puertas insondables.
El 20 de noviembre de 1997, el vate Jorge Aguilera Pérez es atropellado por un camión en la intersección de las calles Argomedo y O’Carrol, es entonces cuando es reclamado por las multitudes multidimencionales y se convierte en un ciudadano eterno, portador de llaves mágicas, gladiador de poesías etéreas, un habitante celeste que abandona la ruidosa y atropellante horda de algunos perversos humanoides y el amor de tantos que en sus odas le recuerdan con aprecio.
Vate Jorge Aguilera Pérez
Un cogollo de esperanza tibia
ablandó la calle fría
estremeció sus bases
para reafirmar un no
como fragmento de besos
Enclenque remiendo humano
parodia de moscas suicidas
tu espacio
Fogón callado
en punta de rieles
envasijado en libros
pasajero de penúltimo tren
rumbo al limbo
como van los elefantes
al epicentro de los tiempos
Amainaste ante ventiscas
porfiadas vetustas
de hablantina barata
agrupadas celosamente
en escribanos de cartón piedra
Abordaste en silencio
la pérdida de semillas literarias
Vecino de puentes
dejaste una diva griega
en el camino
para auscultarla a la distancia
ofensa en el epígrafe
los señalados
como sollozo plebeyo
harto de condolerse
con la vista fija
en tus soledades
Empero conversaste
con el viaducto
de la mano de pánicos y mostos
querías volar
envainado en alas tortuosas
como golondrinas
en busca de veranos
pero seguiste enganchado
al último carro loco
de mágicos poemarios
Demasiados vericuetos llorados
Mareas del alma
pusiéronse de novia con la luna
y como calandrias
anidaron en el suelo
para estar a tu lado
en el reposo eterno
romántico vate
de Tierras Coloradas
Cazador de versos
en llanuras cósmicas
Obstináronse las tardes
en contar historias
de vagabundas baladas
de quien sabe
cuantas cariadas coplas sucias
como vértigo sordo
al otro costado del cielo
con la vista clavada
en las aguas del Malleco
yo te nombro
capullo de ardores
cano esplendor de la provincia
Yo te nombro
Jorge Aguilera
y descuelgo mi vanidad
hasta tus cálidas manos
Nací en una tienda
en una fábrica
o desciendo de un árbol
como primate tal vez
o experimento desquiciado
pero lo cierto de todo
supe de ti y pise mi huella
mil veces hasta encontrarte
Revisé pantanos charcos
me detuve en arenas
Escuché tristezas
resaltar tu paciencia
y me dormí en mi piel negra
a la espera de lluvias
azoteas carreteras
que algún manojo de rosas
dijera tan sólo algo del poeta
acurrucado a parrones
de vides muertas
yo te nombro Jorge Aguilera
te busco por las plazas
como noches de amantes
con esa locura propia del orgasmo
frenético recorro callejones oscuros
y borro pisadas
con mis ácaros negros
Si el sol sale mañana
cabalgaré una y otra vez
desmenuzada en frases
como amasijo de sombras
heredadas de hechizos cautivos
raíz de amistades
sureña pluma
entintada en trompes
Artesanos matorrales
auguraron abundante zancadilla
se desprendió con nostalgia
Cercos harapientos
tendieron sábanas
militantes en mortajas borrosas
ansiosas de cubrirte
y enroscar tus sueños
Tu guarida en Argomedo
como costra pegada al suelo
esconde insultos y pesadillas
operario de cartas
y maletas perezosas
Navegas hacia colinas galácticas
a babor y estribor del océano negro
como pelota de golf
que arranca de su ponzoñoso verdugo
amarrado a panfletos libertarios
Una limosna del cielo
acarició mi faena
atrapada en marejadas de insomnio
ni la tormenta
detuvo mi apetito de toparte
Visité cuidadosamente
todas las esquinas de la comarca
hablé con ellas
me embriagué de sus aristas
abrí compuertas sumergidas
sacudí modorras
de durmientes australes
saqué a flote embarcaciones
arrastradas hasta el fondo
del pavimento feo y seco
nada más por hallarte
y pegado a tu cuerpo abrazarte
Cuantas veces
he preguntado a los vientos
semáforos y pasos de cebra
dibujados como relámpagos
en el cielo en día asoleado
dónde está el cementerio
de estrellas fugaces
dónde mis ancestros
de almas con rayos y cámaras
mi condena
Rasguño de hadas
y ruiseñores dolientes
suelen gritarme en mi válvula
y en mis profundas telas metálicas
Quiero ser un pionero
y alerta
en la trastienda del universo
dar vida con una oración
a las teclas viejas del piano
en la avenida Bulnes
y no rodar hasta el cansancio
con mis pulmones llenos de aire
Arrebatado aquel medio día
de la fragancia cancina
de tu caminar despreocupado
sin tiempo sin espacio
como bozo fanfarrón
andar de la mano
de dragones y duendes
clandestino
escribir en las paredes de tu casa
para sembrar de espíneles nuevos
prados arcillas
inviernos otoños
soltar las memorias
para grabar en afiches
engarzados a tu canto
una fragata de trapo
marinero púrpura
Aguilera Pérez
De ahora en más
un milagroso olor a miel
despertará mi peregrina masa
el opuesto del todo
ha dejado de existir
escapado fui del orfanato
de la nudista llanta
y me desplazo
por el cuaderno seductor
de mi amigo poeta
por consecuencia
me arrodillo angustiado
frente a la santurrona cuneta
como rabo entre las piernas
oculto mi trasero
No entiendo porqué callas
porqué te enfrías
y dejas de respirar
te he buscado tanto
y apretujado a mi regazo
espero ansioso tus castillos
de tus ojos bañados en dolor
Jorge me escuchas
neumática hasta el límite
ni un solo parche
nubla mi extasiado cuerpo
Jorge contesta mis ilusiones
soy yo
tu amigo
el neumático
aquel del escaparate
que cayó de bruces al suelo
al conocerte
como sopa de cuchillos
enterrados en el cielo
Tal vez merezca morir
en esta trinchera partidista
Soy neumático pantanero
todo terreno
pero agarrado a la brisa
de un bolsillo breve
incrustada en un poeta
Te veré en el humo azabache
retorcido a tu póstumo hálito
como racimo de versos
Jorge Aguilera Pérez
Obras del autor:
Poemario Trova a tu Regazo
Poemario Quinientas llamaradas a Victor Jara
Poemario Antología “solamente Palabras” España
Poemario Fluidos del Alma
Poemario Gabriela Siempre
Novela Historia Falsa sus Raíces
Novela Historia Falsa su Bitácora
Novela Perroltuno
Revista Taller Arte y Recreación
Otras Publicaciones (Revistas Literarias):
La Hoja Verde
Erato
Alterego
Alas del Viaducto
Visor Cultural